2 DE OCTUBRE DE 2013 ; NACE LA PEQUEÑA MIA.

Me encontraba en la semana 37 de embarazo, por lo que ya tenía una consulta ginecológica semanal.

Eran las 10 de la mañana y ya me encontraba en la consulta.
Como cada dia, primero, subí a la báscula (donde me doy el primer susto de la mañana) y después me toman la tensión.
¡¡UPS!!  15- 10.   Segundo susto de la mañana.
Volvemos a tomar la tensión para comprobar que no hay ningún error. Comprobado. No hay errores.
Me toca ir de cabeza a urgencias y hacerme un analisis de orina urgente para descartar la preeclampsia ( ya os explicaré mas adelante que és).

Tras esperar un par de horas, llegan los resultados, y con ellos la ginecóloga de guardia con una cara un tanto.... peculiar.
Con mucho cariño, mucho tacto y dulzura me comenta que tengo una proteina en orina que indica que sufro preeclampsia y que dado que el embarazo se encuentra a término, y para evitar el sufrimiento fetal.... van a provocar el parto.
Imaginos mi cara. En el hospital, con lo puesto, y ¡directa al paritorio!.
Me puse muy nerviosa y solté mis lágrimas de rigor... pero enseguida entre ella y mi pareja me calmaron y tiré para adelante lo mejor que pude.

Me subieron a la habitación, lo prepararon todo, y a la sala de dilatación de cabeza.
Pasamos ahí unas 7 horas, y sólo dilaté un centímetro, así que prepararon el quirófano para la cesárea.
Mientras tanto toda nuestra familia corriendo por toda la ciudad, para organizar todo lo que nosotros ya no podiamos preparar estando allí.

Un consejo para todas las primerizas : tened la canastilla del bebé preparada, como mínimo, un mes antes...¡¡¡ puede pillarte por sorpresa!!!

Llegó el momento de la cesárea. NERVIOS AL 200%.
No podía respirar, estaba temblando, ahí en esa camilla helada, con los brazos en cruz, y rodeada de personas vestidas de verde, aparatos, jeringuillas y luces.

Comenzaron la cesárea.... OH DIOS MIO!!!!!!!! 

Lo notaba todo, no llegaba a doler pero pude notar cómo metían las manos dentro de mi barriga y tiraban de mi bebé hacia abajo para sacarle.
Que sensación tan rara, tan asquerosa pero bonita a la vez....
Y mi nena nació, yo no podía más, quería desmayarme, y de repente ; escuché su llanto.
Es lo mejor que me ha pasado en la vida.
Me enamoré de ese llanto al momento, era la mujer más feliz del mundo.
Minutos después me la acercaron, pude besarla decirle " hola mi amor" e inmeditamente la llevaron con su papá.

Después cerré los ojos y no recuerdo nada más. Desperté un buen rato después y ya todo habia pasado.  Crucé el pasillo en camilla, aun aturdida por la anestesia, y ahí esta él, abrazando a nuestra pequeña envuelta en su mantita, que apenas se la veía.

Tras unas horas en la  UCI para recuperarte de la anestesia, fui a la habitación, estaba toda la familia, mi amor y mi pequeña.
No hay felicidad mas grande en el mundo. No hay nada mejor.
En ese momento lo tenía todo. Era feliz.

Es curioso que esa misma mañana, antes de salir de casa..entre las ganas de ver a mi pequeña, y el malestar generalizado que ya tenía, le digo a mi pareja :
" ¿Te imaginas que vamos a la cita con la ginecóloga y volvemos con bebé en brazos? "...

Dicho y hecho... 3 dias después estabamos con la peque en casa.
Felices.